Información General

Este Blog va dedicado a todos los amantes de la Arqueología y Castellología alicantinas, y en especial a todos los alicantinos, para que aprecien y disfruten de nuestro Patrimonio Histórico y Cultural, que es mucho.

En él no sólo podrán ver los castillos, fortalezas y torres propiamente dichos, sino que nuestro catálogo de Castillos de Alicante incluye todas las fortificaciones de carácter militar y/o defensivo, a través de la Historia de Alicante, desde la Prehistoria hasta nuestros días.

Si es de vuestro agrado, nos sentimos contentos y nuestro trabajo no habrá sido en vano.

Gracias por vuestra visita...

Ximo G. Rico. Presidente Asociación "Amigos del Castillo de Elda"

Elda, Septiembre de 2.013

domingo, 6 de abril de 2014

Cuartel de Felipe II (Alicante) CA-259



Localización:

 El Castillo de Santa Bárbara es sin duda la más importante edificación de índole militar que se ubica en la ciudad de Alicante, capital de la provincia y núcleo turístico de primer orden nacional. Alicante pertenece a la comarca homónima de L´Alacantí ( nombre valenciano) y se sitúa a orillas del Mar Mediterráneo, siendo además capital de la Costa Blanca.


Localización en Google Maps

Vista del Cuartel de Felipe II en Google

 El castillo de Santa Bárbara domina toda la ciudad desde su posición elevada, ya que está ubicado en el contorno del Banacantil, monte emblemático que se sitúa en la actualidad en el centro del casco urbano, dividiendo la ciudad en dos partes y cercano a la playa del Postiguet.

 Es precisamente aquí donde se encuentra , en la base de la montaña, el túnel de acceso a los ascensores que nos elevan hasta la cumbre del Benacantil y la entrada a la fortaleza, precisamente enfrente del comienzo del paseo del Postiguet, anexo a la misma playa y frente al Aparthotel Meliá.

 También es posible su acceso en coche, siguiendo las señales que a tal efecto existen en la ciudad, y para ello nos dirigiremos al “scalextric” que se sitúa al final de la playa del Postiguet, y que nos cambia la dirección hacia el centro de la ciudad. Tras la siguiente rotonda, a la izquierda, encontramos el camino de acceso al castillo.

 Dentro del castillo, y muy cercano a las principales dependencias del mismo, se encuentra la fortificación conocida como el Cuartel de Felipe II, que aunque es coetáneo a la remodelación del castillo en el siglo XVI por los italianos Fratín y Antonelli, se considera a todos los efectos como una construcción aparte, ya que no existía en el recinto fortificado con anterioridad a su construcción.

 Se encuentra situado dentro de las dependencias del Castillo de Santa Bárbara y es posible su visita al mismo tiempo que se cursa la del propio Castillo.


Localización en el mapa topográfico

Historia:

 Los orígenes de Alicante se centran en el asentamiento de L´Illeta de Campello, primer vestigio de poblamiento íbero en la comarca de Alicante, según se desprende de las actuaciones arqueológicas efectuadas.

 Con la dominación romana, se crea en La Albufereta el embrión de Alicante, el Tossal de Manises (Lvcentvm) y posteriormente los pobladores "romanizados" se trasladan a lo que en la actualidad es el barrio de Banalúa, donde se han encontrado restos de los primeros asentamientos en la capital. Posteriormente, tras la dominación árabe, los conquistadores construyeron la " Medina Al-Laqant", seguro nombre primitivo de Alicante.

 Sus orígenes, por tanto, son árabes, ya que la medina islámica se formó alrededor del Benacantil, y la fortaleza musulmana se construyó en la cumbre del mismo. Posteriormente, distintas fases de construcción delatan sus ampliaciones dada su creciente importancia como plaza fuerte del Islam.

Inicialmente el poblado árabe, en las laderas de la montaña, se fue dotando de distintas fortificaciones, hasta que el castillo y la medina se ampliaron por toda la montaña. Posteriormente, las fuerzas cristianas, una vez reconquistado, siguieron su ampliación, incorporando a sus cimientos nuevas murallas, torres y recintos fortificados.

 Durante la reconquista, la ciudad y su fortaleza fueron rendidos por las tropas almohades al infante castellano Alfonso, primogénito del rey Fernando III. En los años posteriores, y en los confusos pactos y hechos de armas que relacionaron musulmanes, castellanos y aragoneses, la plaza se sublevó y de nuevo tuvo que tomarla por las armas en aún infante Alfonso. Tal conquista se consolidó el 4 de noviembre de 1.248, festividad de Santa Bárbara, de la que tomó su nombre en conmemoración del tal efeméride, cuando el castillo al fin pasó a manos cristianas, aunque no estaría definitivamente en poder castellano pues en el el año 1.261, siendo ya rey Alfonso X el Sabio, la rebelión musulmana tomó de nuevo la fortaleza, extendiéndose la sublevación a otros territorios limítrofes.

 Debería ser Jai,e I quien, en esta ocasión, recuperase para los reinos cristianos la plaza, sofocando así la rebelión musulmana y en los Pactos de 1.304, acordados entre el rey Dionisio de Portugal, el infante Don Juan de Castilla y el Obispo de Zaragoza, los territorios de L´Alacantí se incorporaron al Reino de Valencia.

 Durante la contienda militar mantenida entre Pedro de Aragón y Valencia, y Pedro de Castilla (denominada Guerra de los Dos Pedros), el castillo de Santa Bárbara estuvo en manos castellanas y aragonesas de forma alternativa. Finalmente, al abandonarlo las fuerzas castellanas en 1.366, el castillo se encontraba en estado ruinoso.

 A principios del siglo XV, el rey Martín el Humano acometió nuevas obras de recuperación del Castillo de Santa Bárbara. En los inicios del siglo XVI, la irrupción de la artillería, sus usos y estrategias, eran un hecho consumado, y en castillo se adaptaron las nuevas innovaciones de forma temprana.

 Durante el reinado de Carlos I se reiniciaron nuevas obras de fortificación del castillo, y existe la constancia documental del envio, a mediados del siglo XVI, de doce cañones con destino al mismo. En esta misma época, y dada la gran envergadura de la fortaleza, se le incorporaron nuevas edificaciones que aseguraban la posibilidad de mantener una fuerza armada de unos diez mil hombres.

 En el siglo XVI serían muchas las escaramuzas y batallas que se librarían desde Santa Bárbara contra las incursiones piratas. Éstas provenían de los corsarios berberiscos y conducirían a que el rey Felipe II ordenase nuevas y más potentes fortificaciones en el castillo. Los ingenieros franceses e italianos desarrollaron nuevas técnicas de defensa y fortificación adaptadas al uso artillero, y por ello el rey encargó a los ingenieros italianos Fratín y Antonelli el proyecto de reconstrucción y adaptación del castillo, edificándose nuevos fortines, fosos, murallas, torreones, etc., destinados a utilizar y resistir más eficazmente la guerra apoyada en la artillería. Las nuevas obras de acondicionamiento se llevaron a cabo a finales del siglo XVI, incrementándose notablemente el perímetro de la fortaleza. No obstante, en esta nueva reestructuración, desaparecieron importantes restos del amurallamiento árabe original.

 A mediados del siglo XVII se acometieron otras reformas y se le volvió a incorporar más capacidad de fuego artillero. En 1.691, el castillo sufrió una de sus mayores pruebas de fuego, cuando una escuadra del rey francés Luis XIV puso sitio a la ciudad. Ante la negativa de rendición, se inició el asalto y consecuente duelo artillero entre las fuerzas navales atacantes y las fuerzas resistentes de la fortaleza. El sitio duró una semana y el castillo sufrió serios daños, finalizando el asedio con el abandono de la fuerza francesa ante la llegada de las fuerzas navales españolas que acudían en apoyo a la ciudad.

 Durante la Guerra de Sucesión, la fortaleza estuvo continuamente asesiada, relatándose tres importantes acciones de armas en pocos años: la primera, en Agosto de 1.705 en la que las tropas de Felipe V rechazaron el asalto de las fuerzas del archiduque Carlos. La segunda, el 9 de Enero de 1.706, en que las tropas del archiduque volvieron a intentar la rendición de la fortaleza sin éxito. Finalmente, el 8 de Julio de ese año, las fuerzas del archiduque iniciaron un largo asedio por tierra y por mar que concluyó con la toma de la fortaleza el 6 de Septiembre. Fue ésta una de las épocas de más protagonismo del Castillo de Santa Bárbara.

 A pesar del fracaso de la Batalla de Almansa, la fortaleza quedó en poder de los aliados hasta bien entrado el año 1.708. A principios de diciembre de este año, las tropas de Felipe V sitiaron la ciudad de Alicante, consiguiendo su rendición en la mañana del día 7 de ese mes. Sucumbió la ciudad, pero noa sí su castillo, que bien defendido y con numerosa tropa, resistió el asalto.

 El carácter probado de la inexpugnabilidad  de Santa Bárbara obligó a las tropas borbónicas a plantearse otras alternativas, decidiéndose por la voladura de la fortaleza. Aquí se inicia una de las más épicas gestas militares libradas en este castillo. El general francés D´Ansfeld ordenó la preparación de una mina  a una profundidad de veinte metros y casi cien mil libras de pólvora. Con esta evidente amenaza se conminó a los defensores su inmediata rendición y, ante la negativa de éstos, se decidió la voladura en los últimos días de febrero o los primeros de marzo de 1.709.

 La explosión destruyço gran parte de la fortaleza, y las grandes rocas desprendidas y lanzadas al aire ocasionaron daños importantes en la fortaleza y la ciudad, siendo muy numerosas las bajas humanas entre la oficialidad y las tropas resistentes. No obstante, los defensores, en número superior al medio millar, no se rindieron hasta mediados de abril, momento en que las circunstancias eran sumamente precarias. Tras la rendición, las fuerzas aliadas abandonaron la fortaleza con honores y desfilando ante la formación de las tropas borbónicas asaltantes.

 Durante la Guerra de la Independencia, la fortaleza hizo frente, con su poder artillero, a algunos asaltos de las tropas francesas. En esta época, un hecho fortuito prendió fuego a las reservas de pólvora del castillo, provocando una enorme explosión que destruyó parcialmente sus instalaciones. A partir de ello, su importancia declinó rápidamente, siendo desartillado definitivamente en 1.893. Después sirvió como prisión militar en tiempos de Jovellanos y el general Elío, entre otros.




Escudo de la ciudad de Alicante

 Estado actual:

 El Castillo de Santa Bárbara, así como las dependencias del Cuartel de Felipe II, fueron declarados Monumento Nacional Histórico el 7 de Marzo de 1.929, pero antes fue cedido al Ayuntamiento de Alicante por el rey Alfonso XIII el 4 de octubre de 1.928.

 A partir de esta fecha, el castillo y el cuartel han vivido una época de esplendor al acometerse en ellos todas las reformas necesarias que han permitido su total restauración, siendo un ejemplo magnífico de la recuperación del patrimonio arquitectónico-militar de la Comunidad Valenciana.

 Hoy en día, el Cuartel de Felipe II se encuentra perfectamente restaurado, después de haber estado mucho tiempo en estado de abandono, como la propia fortaleza.

 El recinto estaba formado por una construcción de respetables dimensiones, en forma troncopiramidal, todo él fabricado en mampostería de grandes sillares, donde se albergaba la guarnición de la fortaleza en tiempos del rey Felipe II, y a su lado se encontraba otra edificación que hacía las veces de Cuerpo de Guardia.

 El Cuartel no sufrió alteraciones importantes a lo largo del siglo XVII, y solo a raíz de la Guerra de Sucesión fue necesario reforzar su vieja estructura para dotarla de mayor efectividad militar. Así, se cortaron todas sus alturas para conseguir mayor horizontalidad y, por tanto, ofrecer menor resistencia a los proyectiles.

 Junto al castillo formó un conjunto perfectamente operativo durante toda su existencia posterior a su construcción, hasta incluso durante la Guerra de la Independencia contra el francés, hasta que la fortuita explosión del polvorín de la fortaleza degradó las instalaciones, hasta su moderna reconstrucción actual.

Galería fotográfica:







El cuartel de Felipe II antes de su reconstrucción








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